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Etapa 5 | El tiempo entre costuras

Es tiempo entre costuras, el velcro de las zapatillas para sujetar las polainas no han aguantado y entra arena a toneladas… es tiempo de coger aguja e hilo y coser la zapatilla. Con mucho esmero, Ruymán se pasa en torno a una hora para hacer coincidir el hilo con la aguja… una de las mujeres que le acompañan en la caseta, con 62 años (ojo al dato), le mira como diciendo: “no ha cogido una aguja en su vida, le doy dos minutos o se la quito de las manos” Por milagro divino o por la expectación que estaba creando, logró ponerse a coser la zapatilla. Un par de puntadas y el velcro en su sitio de nuevo.
Es tiempo de darlo todo. Es tiempo de pensar qué hacemos aquí y si esto ha merecido la pena. Es tiempo de ganar o perder, tal cual. No valen las medias tintas ni salir a correr a ver qué pasa.
La noche anterior, le tocó ir a ver al médico. Tal vez con algún vendaje o alguna crema frío/calor, podía recuperar un poco el gemelo y tenerlo más o menos decente para el día siguiente. Pero claro, esto es como un taller mecánico, ya que vas, que se enrolle y que te cure las ampollas… le faltó pedirle un beso en la frente… está falto de cariño y como en casa siempre hemos tenido una enfermera, pues con un médico amable se apaña.

La etapa de hoy es de las más bonitas que he visto, después de conocer El Gran Cañón, hoy he conocido los estrechos cañones que se forman en esta zona. Se trata de estrechos pasillos serpenteantes y con mucha altura que se forman por la llegada de las riadas año tras año. La fuerza del agua es tal, que erosiona la dura piedra pero solo en estrecho margen. A estos cañones llega el agua que cae a muchos kilómetros de distancia. Por tanto, llega mucha mucha agua. Es una zona muy peligrosa porque el agua llega de repente, sin haber llovido en esa zona y de manera torrencial. Muchas personas han muerto en estos cañones porque cuando el agua llega, trae un nivel muy elevado, cargado de piedras, árboles y demás. A las paredes de estos cañones les dicen que son papel de lija, todo lo que toca lo desintegra. Ya os podéis imaginar si os pilla el agua en estos cañones que os enseño.

Esta es la última etapa importante. La última etapa de 12 kilómetros será un paseo comparado con los 42 de hoy. Esta es la última oportunidad de recortar el tiempo que le falta para meterse en los diez primeros.
Tenía el presentimiento de que iba a ser una etapa loca y lo fue. Desde que yo me coloco en el primer punto de espera para hacer las fotos, siempre calculo la hora de paso del primer corredor. Esto se hace viendo los tiempos del año pasado por el mismo punto y siguiendo la lógica de las etapas anteriores. Pues se me fue el cálculo a tomar por saco. Nos cogieron a todos en bragas.
Cuando estamos yendo a nuestras posiciones caminando tranquilamente, llega el primer corredor 15 minutos antes de lo esperado, no han pasado 10 kilómetros y ya han recortado tiempo a la “lógica de carrera”. Iba con mi cámara adentrándome al cañón y después de unos minutos caminando escucho un grito tipo: “yiiiiiijaaaaa”. El loco de Eric… El canadiense que iba el primero, corriendo como un niño pequeño, sonriendo y gritándome “¡¡Albeeeertooooo!!”. Me pilló totalmente desprevenido, pero más o menos llevaba la cámara preparada y pude dispararle las primeras fotos. Detrás venía el chino que yo creo que estaba flipando, a él también se le estaban yendo los planes a la mierda. Quién se iba a esperar que el canadiense hiciese otra de las suyas como en la etapa larga y metiera el turbo desde el principio. Es un auténtico suicidio. Pero claro, en la etapa más importante, o te unes al tren, o lo pierdes. Así pues, todos iban como locos detrás de Eric. Rafa pasaba tercero corriendo muy fuerte, Pippa iba a echar los pulmones y Dominik también los seguía de cerca. En ese momento, la gente de la prensa, fotógrafos y organización pensamos que se habían vuelto locos, es un suicidio…

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Como no podía ser de otra manera, Ruymán también se embarcó en un ritmo frenético. Tenía como objetivo principal recortar tiempo a los 3 que tenía por encima en la tabla. Dos de ellos eran Víctor Hugo y Shane. Ambos habían pactado correr juntos para no perder el ritmo y poder mantener sus puestos. Ya desde el CP1 Ruymán les saca bastante ventaja, en torno a unos 5 o 6 minutos. Tal vez, se equivocaron al correr juntos porque más que beneficiarles, pudo perjudicarles un poco. Por otra parte, la amistad que han forjado tampoco se la quita nadie… llegaron de la mano a la línea de meta.

Ruymán empujó como una bestia parda. La rabia de la etapa larga todavía le duraba. Desde el principio de la etapa por los cañones estrechos fue como un loco, mirando lejos, sin detenerse en ningún obstáculo. Después de los cañones, se continuaba por el típico cauce de un río seco. Mucha piedra y con poca superficie llana. Había que ir rápido pero con mucho ojo a los tobillos o a una caída de las que te quedas comiendo piedra dos días… Era cuestión de arriesgar pero lo justo.

Estaba tan metido en ir rápido que cuando paraba en los Check Point a llenar las botellas de agua, volvía a hincar la rodilla en el suelo. Ya le daba ordenes a los auxiliares para que le sacaran algún sobre que tenía estratégicamente colocado en los bolsillos exteriores. Todo pensado, para no variar. Cada vez que me veía me preguntaba por la distancia con sus perseguidores “¡como van, como van!” “sílbame cuando lleguen al CP”. Sin quererlo me veía corriendo de vuelta al Check Point para ver los tiempos, anotarlos, correr al coche, adelantar a Ruymán, llegar al siguiente CP y volver a cantarle la ventaja. Para los que dicen que yo estoy tocándome los hue…, no es verdad, uno también se pega sus pateadas. En fin, les pongo las fotos de los CP y continúo.

Como era de esperar, las llegadas fueron muy sorprendentes. El ritmo frenético que impuso Eric en la primera parte de la etapa le pasó factura a todo el grupo de cabeza. Los que tuvieron la cabeza fría y mantuvieron un ritmo rápido pero controlado hicieron mucha mejor carrera. Para muestra un botón, el primero en llegar fue “el tapado” Chris. A pesar de ser uno de los Top10, nunca ha destacado en la carrera. Sin embargo, visto que los primeros se vaciaron y que él se encontraba bien, fue pasándolos uno por uno a los 6 y llegó primero a la línea de meta. Ni él mismo se lo podía creer. Lo siguió Penbin y Rafa muy pegado. Rafa pagó en exceso el esfuerzo del inicio. Recuerdo que cuando tenía a Chris muy cerca le grité: “Ojo, tienes a Chris ahí detrás”, Rafa miró rápidamente hacia atrás y dijo algo que tenía mucha lógica en ese momento: “que me coja y así me ayuda a mantener el ritmo que estoy muerto”. El caso es que pocos metros después, el canadiense le pasó como una bala, iba más fresco que Rafa y, esta vez, el español mantuvo su embrutecimiento y lo dejó ir. No puedes cagarla en la penúltima etapa poniendo en riesgo la poca fuerza que te queda. Al fin y al cabo, Chris no es competencia de él. Su llegada fue de mucha rabia, había sufrido mucho y necesitaba desahogarse. El loco Eric, que había montado el circo, llegó cuarto descojonado, sabedor de que le había puesto las pilas a los primeros y que había puesto un poco de salsa a la etapa. Siempre con su sonrisa.

Ruymán hizo un carrerón. Llegó 8 empujando todo lo que pudo y sobre todo, sacándole mas de 12 minutos a los que tenía por encima. No cabe duda que estas últimas etapas de Ruymán son de enmarcar. Ritmos muy altos pero muy regulares, sin excesos y vaciando todo el tanque. Llegó en reserva, sin nada más que poder dar. Eso le hizo escalar del puesto 12 al 9. ¡¡Ya estaba en el TOP10!! Sin embargo, no puede dejarse ir mañana para la última y muy corta etapa de 12 kilómetros en subida. Sus perseguidores le siguen a pocos minutos.
El gemelo parece que sigue igual, no ha empeorado pero tiene que intentar dormir más. El frío de esta noche va a ser mucho mayor y anoche no durmió mucho. Su plan es dormir entre dos vigardos alemanes que tiene en la caseta. Esto no es broma, entre risas, le dice a uno de los alemanes: “esta noche no voy a pasar más frío, yo duermo entre ustedes dos”. Denis, que es un cachondo le dice: “pero no en el mismo saco, por favor”. Hay muy buen rollo en su tienda y parece que puede funcionar la estrategia. Veremos mañana como se despierta para terminar la carrera con una buena actuación.

Una de las cosas que más sorprende de su llegada, es la cantidad de sales que pierde. Su ropa parece recién sacada de una salina.

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